AMASRA a 15 de abril 2023

 


Hoy hemos comenzado mal el día. A las 6,30h nos han despertado para decirnos que había mercado y que nos teníamos que ir del parking. Nos hemos levantado a todo correr y poniendo algunas cosas en su sitio rápidamente hemos salido sin tener muy claro dónde ya que además el pueblo está casi todo levantado ya que están haciendo alcantarillado nuevo. Nos había comentado el señor de la oficina de Turismo que había una cueva muy bonita a pocos kilómetros del pueblo así que hemos pensado que habría aparcamiento. Hemos cogido las coordenadas y hemos ido allí por una carretera infernal. 



Lo de parking es un decir ya que es un trozo de monte en medio de la nada pero nos ha servido para estar tranquilos hasta que abran la cueva a las 9h.

A las 9,30h hemos subido las escaleras que nos separaban de la cueva pero sólo eran escaleras que llevaban hasta donde antiguamente había un restaurante y una zona donde parece que antiguamente vendían las entradas. 

Ahora es como un pequeño vertedero donde todo está tirado y donde no hay nada que indique que la entrada se encuentra 160 escaleras más arriba. Menos mal que Joan se ha acercado a las escaleras y a acertado a ver un hombre allí arriba. Nos ha hecho señas para que subiríamos y allí arriba que hemos subido.

La entrada es de 15 liras por persona osea unos 75 céntimos de euro. El aspecto de la entrada es patético ya que hay como una estructura de hierro mezclada con madera y todo ello tapado con toldos y plásticos de diferentes colores.

Hemos entrado y todo ha cambiado enseguida. Es una cueva bastante grande y el señor que nos ha hecho de guía nos ha comentado que tiene una longitud de 6km pero que abierto al público sólo hay un recorrido de 400m. 


La cueva es amplia y no hay ningún problema de caídas o cosa parecida lo único tener cuidado con los escalones porque están mojados, pero con calzado adecuado no hay problemas. 


Nos ha explicado cada rincón de la cueva y aunque íbamos con el traductor del teléfono le entendíamos perfectamente a pesar de algunas traducciones. Hemos visto muchas estalactitas, estalagmitas, murciélagos, pinturas…..etc. 



El hombre se ha esforzado para que le entendiésemos y si no nos hacía gestos para entenderle. 

Nos lo hemos pasado muy bien y al final a tenido su recompensa ya que nos miraba asombrado cuando le hemos dado la “propina” por explicarnos todo tan bien.

Ya no hemos vuelto a Saframbolu ya que no sabíamos de más aparcamientos y tampoco nos quedaba gran cosa para ver ya que ayer lo vimos prácticamente todo. Todor si de aquí en adelante vemos más perrtxikos ya lo miraremos para el envío!

Nuestro siguiente destino es Amasra un pequeño pueblo del mar Negro del que Mertxe y yo estamos enamorados desde la primera vez que estuvimos. Yo creo que hemos pasado por todas sus calles, pero nos hace ilusión volver otra vez. 



Además es donde Onur nació y siempre nos envía con saludos para amigos suyos. A él también le hace ilusión que vengamos porque dice que “veo Amasra a través de tus ojos, la echo mucho en falta y con tus relatos y fotografías vuelvo a estar allí”. 



Hoy nos ha escrito para que iríamos a comer a un restaurante de un familiar suyo, pero le he puesto la condición de que le saludaría después de comer porque si no como la otra vez que no nos dejó pagar nada. Me lo ha prometido y después de comer hemos saludado a Murat. Me ha dicho que cuando nos ha visto entrar le sonábamos de algo, pero claro con tanta gente que pasa por aquí es difícil acertar.

Antes de comer hemos dado un largo paseo por Amasra para enseñarles a Rosa y Joan el pueblo. 



Hemos ido hasta el mercado donde había muchas mujeres vendiendo mermeladas, miel y quesos. Le hemos preguntado a una de ellas cuando es el mercado semanal. 


Nos ha dicho que martes, jueves, sábados y domingos así que mañana volveremos para ver lo que hay.

Hemos pasado por el Bazar que aquí es una calle larga donde se ponen puestos a los dos lados de la calle.  


Nos ha llevado hasta el puente que une lo que antes era una isla con el pueblo. Mañana subiremos hasta el mirador que hay en la punta del monte.

Hemos bajado y después de ver los restos del Castillo nos hemos ido a buscar el restaurante que hemos comentado. Hemos comido bien y sobre todo porque había pescado y unas rabas que estaban buenísimas.

Después del restaurante hemos bajado al puerto y hemos ido andando por el puntal hasta la mitad del recorrido que antes se podía llegar hasta el faro, pero ahora lo han cortado. Hemos pasado por la playa y después hemos ido a comprar pan y yogurt. Hemos dado la vuelta y nos hemos vuelto a casa que llevamos un día “cargado”.

Agur eta ondo lo. 

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