DEMRE 2 de abril de 2023

 


Ayer teníamos unas coordenadas para dormir que resultaron ser más falsas que una peseta de chocolate. La gente tiene mucha manía de apuntar que han estado en multitud de sitios y los marcan además con descripciones falsas que luego conducen a la gente a sitios sin sentido. Ayer menos mal que era de día ya que nos llevó a un “atolladero” que podemos dar gracias que salimos indemnes.

Bajamos al pueblo de Gelemis ya que al pasar habíamos visto un parking bastante grande pero ante las previsiones de un parking precioso con espectaculares vistas pues pasamos de largo. Hemos dormido muy tranquilos y ya teníamos el planing de hoy.

Lo primero íbamos a ver la playa de Kaputas que tiene un significado especial para la gente que vive en los alrededores de Kas. 



No es una playa muy grande, pero tiene un “algo” que llama la atención. Está rodeada de grandes montañas con unos desfiladeros importantes y el agua es de un azul turquesa que muchas playas del caribe la envidiarían. Está en la carretera entre Kalkan y Kas. Apenas hay aparcamiento pero incluso en invierno hay mucha gente que se acerca a conocerla. Hay que bajar y subir 184 escalones así que cómoda tampoco es, pero tiene ése “algo”. Hemos aparcado y al principio no íbamos a bajar, pero al final Joan y yo nos hemos lanzado. 



Hemos ido hasta donde comienza la garganta que se adentra en las montañas, pero tampoco puedes entrar mucho ya que está cerrado porque tienen el motor del elevador que baja los productos que luego se venden en el único chiringuito que hay. El mar estaba calmado, pero aún y todas las olas rompían haciendo un gran estruendo. La vista desde arriba es preciosa ya que se ven distintas islas que rodean la zona y se ve Kas que es el pueblo cabecera de la zona.

Hemos salido de allí para dirigirnos al castillo de Simena en Kalekoy. Ayer Okan nos decía que fuésemos a Uçagiz para ir hasta Kalekoy en taxi-barco, pero no se acordaba que hace 3 años encontramos una manera que para nosotros es más bonita para llegar a Kalekoy. 




Hay que pasar Uçagiz y seguir por “una especie de camino montañoso” que acaba en una especie de astillero que utilizan para recuperar los barcos que utilizan durante la campaña de verano para trasladar a los turistas por la zona. Hemos aparcado la autocaravana en el mismo sitio de hace 3 años pero todo lo demás está cambiado. Hay muchísimos más barcos arreglándolos y ya casi no queda sitio para el parking, pero nosotros teníamos un sitio que sigue libre y allí hemos dejado las autocaravanas. Desde allí hasta lo alto del monte donde está el castillo de Simena hay unos 45 minutos. 




Nos acordábamos que hace 3 años en medio de la subida nos pasaron un matrimonio mayor que llevaba dos cubos con manzanas. Se pasaron al lado nuestro y nos ofrecieron un par de ellas. Nos contaron que tenían un bar en Kalekoy y recordábamos que antes de marcharnos fuimos a tomar un zumo de naranja a su bar, Nos sacamos una foto y nos fuimos. 


Al llegar al Castillo el bar se queda un poco “metido” en el camino y no se veía a nadie. El pueblo de Kalekoy no tiene acceso nada más que por mar o por el monte. No tiene calles sino caminos que te llevan de una casa a otra.

Hemos parado en la taquilla para pagar la entrada al Castillo y le he preguntado al señor de la taquilla por los dueños del bar. No me entendía le he enseñado la foto que nos hicimos y a gritado un nombre y de una esquina ha salido un hombre. Yo no le he reconocido, pero cuando le he enseñado la foto y le he hablado por el traslator se ha emocionado. Le ha llamado a su mujer y cuando le ha enseñado la foto ha venido a darnos un beso y preguntarnos porqué teníamos esa foto, le hemos contado lo que sucedió hace 3 años y enseguida nos quería hacer sentar para tomar un zumo. Le hemos explicado que íbamos primero a ver el pueblo y nos han dicho que allí nos esperaban.

Hemos bajado a la orilla del mar donde están las tumbas Licias metidas en el agua pero pensábamos que el agua iba a estar más fría. 



Nos hemos puesto el traje de baño y nos hemos metido en el agua. Es una zona con muchas islas cercanas y no cubre más arriba de la rodilla. Hemos dado un paseo e incluso Joan se ha bañado. Nos hemos secado y comenzado a subir hacia el castillo para tomar el zumo. Nos ha costado un buen “calentón” ya que hacía bochorno y las escaleras son para gigantes. Hemos llegado y la sonrisa del abuelo y la abuela merecen es tener que subir hasta su bar. Nos han servido los zumos e incluso nos querían dar de comer la comida que habían llevado para ellos. Les hemos dicho que estábamos muy agradecidos pero que era para ellos y que nosotros luego comeríamos. Se querían sacar una foto con nosotros así que cuando hemos acabado hemos puesto la cámara en automático y él ha sacado una foto con su móvil. Nos hemos despedido con un apretón de manos y un par de besos a la abuela. Nos ha hecho mucha ilusión volver a verlos. La abuela se ha despedido con un “hasta dentro de 3 años”. ¡Qué buena gente! Nos hemos reído y hemos comenzado la bajada para recoger las autocaravanas.

Hemos comenzado a bajar hacia Uçagiz para dirigirnos a Mira donde están las tumbas rupestres que los Licios decoraban.



Al principio los Licios construían las tumbas como si fuesen casas. Cerca de las tumbas está el teatro que resultó destruido en el terremoto del 141 d.c.


Es uno de los teatros más decorados debida a sus máscaras esculpidas en sus piedras.

Nos hemos ido a comer a Demre y al llegar nos acordábamos de un restaurante donde comimos y muy bien hace 3 años. Lo hemos buscado y encontrado. Hemos entrado y todo está igual. Hemos comido muy bien como la vez anterior lo único es que eran las 16,30h y pensábamos que no nos iban a dar de comer. Hemos salido del restaurante y después de dar un largo paseo nos hemos vuelto a las autocaravanas para ir a nuestro “hotel” de hoy que está justo en la playa de Demre.

Bueno mañana será otro día, agur eta ondo lo.

Comentarios

Entradas populares de este blog